El evento P.R.O.M.P.T. tiene el gran objetivo de centrar sus esfuerzos en los aspectos que se definen como los “fundamentos policiales”. Cada alumno tendrá la oportunidad de experimentar, analizar y aprender las herramientas necesarias que son cruciales para realizar sus funciones operativas de la mejor manera posible.
Las instituciones a veces difieren en las formas y técnicas de funcionamiento, todas ellas basadas en fundamentos experienciales y estadísticos sumamente útiles, en este caso, además de “refrescar” y analizar las diferentes técnicas, queremos centrarnos en las respuestas operativas fundamentales, en la Mente- activo de cada operador de tal manera que tenga la posibilidad, siguiendo la formación impartida, de aprender el concepto de “Do It Right”. Esto significa que el propio alumno deberá enfrentarse a sí mismo y ser capaz de gestionar situaciones de alto nivel de estrés y presión, entendiendo cuál es la forma más correcta de lograr el objetivo que desea alcanzar. En un escenario como este, los instructores toman una figura diferente, más que la de “instruir” a los operadores, nos identificamos más como “facilitadores” y los escenarios (el corazón real de la actividad) son utilizados por los participantes para confrontar ellos mismos, con la forma en que se ha hecho hasta ese momento y reemplazarlo con mejores acciones.
Un policía, antes de ser un especialista, es, ante todo, un agente de policía y como tal debe ser capaz de actuar.
La actividad policial es muy compleja y articulada, donde las acciones suelen ser en rápida sucesión y donde cada operador debe actuar con la máxima rapidez y precisión milimétrica. Todo agente tiene el deber de garantizar la ley y la seguridad de la ciudadanía, igualmente tiene derecho a poder regresar a casa sano y salvo. La respuesta policial debe, por tanto, incorporar los aspectos relacionados con la protección de la ciudadanía y la ley, a través de una formación continua y constante y con un alto nivel de seguridad y enfoque, como para minimizar el porcentaje de heridos o homicidios de los operadores.
La pérdida de enfoque, del nivel de atención puede representar el peligro real para situaciones de operación diaria para cualquier operador. La formación y la actualización constante, ligadas al trabajo fundamental sobre Mente-activo, son la clave para poder hacer funcionar la respuesta y la gestión operativa.
Gestionar las situaciones que cada operador encontrará en su vida operativa, le permite evaluar las situaciones de riesgo, aparentes y no aparentes, y decidir en unos momentos la mejor acción a tomar. Toda técnica, por efectiva que sea, todo equipo, por sofisticado que sea y todo aparato tecnológico, por avanzado que sea, es inútil si no contamos con operadores entrenados “mentalmente” para vivir, concentrarse, gestionar y resolver situaciones cotidianas.
El concepto de “no hay intervenciones habituales” es nuestro principal objetivo. Cada intervención e incluso el mero hecho de estar en la calle es, en sí mismo, un factor de alto riesgo a tener en cuenta y gestionar correctamente. Cuando un policía ejerce su importante labor, muchas veces tendrá que lidiar con la total imprevisibilidad de las situaciones por las que será llamado a intervenir, tanto como las situaciones que podrían suceder por el simple hecho de “estar ahí en ese lugar en particular”.
El concepto de patrulla se ve en una forma mucho más amplia y no se limita solo a aquellos que realizan “servicio de patrulla”. Cada agente es, por el solo concepto de representar a esa institución, un sujeto en riesgo y potencialmente objeto de violencia y agresión. Este concepto, ligado a la mente-activo, es un factor fundamental para entender el concepto según el cual todo policía está constantemente en patrulla y que, por tanto, debe mantener esa adecuada respuesta operativa mental de fundamental importancia.